lunes, 3 de febrero de 2014

LA POLITICA Y LA RELIGION EN LAS LOGIAS


Dentro de las Logias se recomienda no permitir las discusiones tanto de tipo Religioso como Político (en especial, en la primera cámara). Porque los miembros de ellas deben ser realmente hombres libres y de buenas costumbres, libres de pensamiento y, dispuestos para el aprendizaje, por eso no hay distinciones de raza, de creencias religiosas, de inclinaciones políticas. Las discusiones sobre religión y política (en especial política partidista) crean muchos roces entre los hermanos, y en logia, lo que menos queremos es eso, preferimos de hablar de cosas que nos unen, que de aspectos que nos fragmenten. Sin embargo, hay oportunidades en que se presentan este tipo de temas (en la segunda y tercera cámara), pero con la altura que ellas demandan y la tolerancia de aceptar la diversidad, y en ciertos casos son enriquecedoras, pero se requiere de mucha madurez y un desligue total del fanatismo.
En Masonería, nuestros fines no son políticos, aunque a veces las logias o Grandes Logias hayan tenido que manifestarse en algún asunto de esta naturaleza. Por ejemplo, en las sesiones está prohibido hacer cualquier tipo de proselitismo (propaganda, promoción) de tipo político, pero está permitido hablar de asuntos políticos que nos afectan como organización o como sociedad. Por ejemplo, asuntos relacionados con la libertad de expresión, de reunión, etc.

Lo anterior no quiere decir que sus miembros no puedan tener una afiliación política y, de hecho, entre los francmasones ha habido muchos políticos. Sin embargo, es bastante claro que sus actividades políticas han representado un amplio espectro político, que va desde posiciones conservadoras hasta posiciones izquierdistas, con lo cual no es posible pensar en una mano rectora que estuviera tras ellas.
Los Hermanos son libres de involucrarse en actividades políticas o religiosas, siempre que no las lleven al interior de las logias, sin embargo; la masonería invita a sus miembros a ser activos en su religión y en los asuntos políticos de sus comunidades, entendiéndose lo ultimo: como la propuesta, desarrollo y gestión de lo concerniente a los asuntos públicos, por lo cual, estamos ante cuestiones en las que un buen ciudadano no ha de ser insensible, adoptando actitudes, incluso militantes, para conseguir el buen fin de los proyectos que considere más adecuados a su ámbito de convivencia. De tal manera que los hermanos mantendrán un enfoque ideológico propio y participarán más o menos en la vida pública, sin involucrar con sus posiciones al resto de los hermanos cuando trabajen en grupo como masones; todo ello porque los principios de la Francmasonería han de encuadrarse en la ideología liberal y del librepensamiento.
En masonería no deben juzgarse las opiniones, que son libres, sino las actitudes: éstas deben ser abiertas, carentes (en lo posible) de prejuicios, fruto de una reflexión y una intuición propias. Debe abordarse la vida buscando lo que une antes de lo que separa, y saber manifestar las diferencias con sinceridad para con uno mismo y con respecto a los demás. Esto no significa que el masón no defiende sus ideas y creencias, ya que en ese caso no sería coherente consigo mismo, sino que esa defensa debe ser realizada de forma abierta, tolerante y fraternal, huyendo de la concepción de ser el único portador de la verdad absoluta.
Recordemos que todo lo que nos pueda estar molestando, no es mas que una proyección de todo lo que todavía no hemos resuelto en nosotros mismos.
Buscamos el progreso del universo y el progreso de la humanidad inserta en él, y llamamos a ese progreso luz, entendiéndolo no solo en el sentido material (importante y presente en nuestras preocupaciones) sino también en el sentido espiritual, moral o filosófico.


Y como decimos en Logia: “El respeto al derecho ajeno, es la Paz”

Fraternalmente
Ernesto Márquez

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