En Masonería,
nuestros fines no son políticos, aunque a veces las logias o Grandes Logias
hayan tenido que manifestarse en algún asunto de esta naturaleza. Por ejemplo,
en las sesiones está prohibido hacer cualquier tipo de proselitismo
(propaganda, promoción) de tipo político, pero está permitido hablar de asuntos
políticos que nos afectan como organización o como sociedad. Por ejemplo,
asuntos relacionados con la libertad de expresión, de reunión, etc.
Lo anterior no quiere decir que sus miembros no puedan tener una
afiliación política y, de hecho, entre los francmasones ha habido muchos
políticos. Sin embargo, es bastante claro que sus actividades políticas han
representado un amplio espectro político, que va desde posiciones conservadoras
hasta posiciones izquierdistas, con lo cual no es posible pensar en una mano
rectora que estuviera tras ellas.
Los Hermanos son
libres de involucrarse en actividades políticas o religiosas, siempre que no
las lleven al interior de las logias, sin embargo; la masonería invita a sus
miembros a ser activos en su religión y en los asuntos políticos de sus
comunidades, entendiéndose lo ultimo: como la propuesta, desarrollo y gestión
de lo concerniente a los asuntos públicos, por lo cual, estamos ante cuestiones
en las que un buen ciudadano no ha de ser insensible, adoptando actitudes,
incluso militantes, para conseguir el buen fin de los proyectos que considere
más adecuados a su ámbito de convivencia. De tal manera que los hermanos
mantendrán un enfoque ideológico propio y participarán más o menos en la vida
pública, sin involucrar con sus posiciones al resto de los hermanos cuando
trabajen en grupo como masones; todo ello porque los principios de la
Francmasonería han de encuadrarse en la ideología liberal y del
librepensamiento.
En masonería no
deben juzgarse las opiniones, que son libres, sino las actitudes: éstas deben
ser abiertas, carentes (en lo posible) de prejuicios, fruto de una reflexión y
una intuición propias. Debe abordarse la vida buscando lo que une antes de lo
que separa, y saber manifestar las diferencias con sinceridad para con uno
mismo y con respecto a los demás. Esto no significa que el masón no defiende
sus ideas y creencias, ya que en ese caso no sería coherente consigo mismo,
sino que esa defensa debe ser realizada de forma abierta, tolerante y
fraternal, huyendo de la concepción de ser el único portador de la verdad absoluta.
Recordemos que
todo lo que nos pueda estar molestando, no es mas que una proyección de todo lo
que todavía no hemos resuelto en nosotros mismos.
Buscamos el
progreso del universo y el progreso de la humanidad inserta en él, y llamamos a
ese progreso luz, entendiéndolo no solo en el sentido material (importante y
presente en nuestras preocupaciones) sino también en el sentido espiritual,
moral o filosófico.
Y como decimos en
Logia: “El respeto al derecho
ajeno, es la Paz”
Fraternalmente
Ernesto Márquez
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